Retablo Ayacuchano es declarado Patrimonio Cultural de la Nación

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El retablo, símbolo de la identidad ayacuchana y del arte tradicional peruano, fue declarado por el Ministerio de Cultura como Patrimonio Cultural de la Nación. En su histórica resolución oficial, publicada en el diario El Peruano el pasado 13 de junio, se resaltó que este reconocimiento se debe a que el retablo ayacuchano es “una pieza emblemática del arte tradicional por los conocimientos, técnicas e iconografía que representa”, además de por “su transcendental trayectoria histórica y artística”.

El retablo ayacuchano, cuya tradición fue iniciada en el Perú por el maestro Joaquín López Antay a principios del siglo XX, es una expresión cultural que goza de gran vigencia, y en cuyo arte “destaca la fusión del modelado escultórico y la armonía pictórica, así como la creatividad de sus portadores en continua interacción con su entorno”, resalta el comunicado oficial.

Los orígenes históricos del retablo ayacuchano se remontan a las llamadas “capillas de santero” o “cajas de san Marcos”, las cuales son introducidas en nuestro país durante la época del Virreinato. Durante este periodo, era habitual que los sacerdotes españoles viajasen con cajas articuladas de madera que guardaban en su interior pequeñas imágenes de santos católicos. Las “capillas de santero” eran herramientas que se volvieron imprescindibles durante el proceso de evangelización de las comunidades andinas.

Desde un primer momento, la ciudad de Ayacucho destacó por sus finos trabajos en el tallado de figuras religiosas. Sería aquí donde los artesanos indígenas se apropiarían de esta tradición y posteriormente la transformarían en lo que hoy conocemos como el retablo ayacuchano, que tiene por objetivo contar una historia con motivos costumbristas, como las danzas folclóricas, las celebraciones religiosas o las labores agrícolas.

En la actualidad, se ha incrementado el número de maestros retablistas en la provincia de Huamanga. Destacan maestros como Silvestre Ataucusi Flores, Nino Blanco Bautista, Luis Rey Quispe Flores o Edwin Pizarro Lozano, quienes mantienen vivo un arte popular que requiere de gran minuciosidad, paciencia y pasión, y cuyo indiscutible valor cultural llena de orgullo a todos los peruanos.

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