Identidad. Mucho más que fútbol

'Mantenemos la esperanza para un país que aún no sabe lo que tiene'.

Es cierto que el fútbol no es la razón principal por la que debemos sentir identidad, pero sí puede ser un punto de partida para pensar en mejorar como nación. El documental peruano Identidad nos regala un inicio mágico. Imágenes en el estadio cantando Contigo Perú, al ritmo de una hinchada peruana copando cada calle de Rusia con bombos y banderolas, se traducían en las ganas de ver al Perú jugar la Copa del Mundo después de 44 años. En un escenario hermoso, volvemos a sentir esa identidad y orgullo de vestir la camiseta de nuestro país. La pantalla gigante en HD te hacía sentir cada detalle: el toque del balón, los chimpunes rozando con el césped, los gritos de la afición. Si uno cerraba los ojos pensaba que estaba en el estadio. Volví a revivirlo todo hasta que pasaron el tan recordado penal de Cueva. Lo sufrí por segunda vez. Fue como un anticipo de lo que iban a ser las siguientes escenas.

Reconocidas personalidades del medio local tratan de resolver el acertijo de la palabra 'identidad' que busca dar forma a un país extenso, diverso. Cierta ironía los desborda mientras describen y comentan el escenario lleno de paradojas y contradicciones. Hemos salido sub campeones en la copa América pero seguimos siendo últimos en educación. Un claro ejemplo reciente es Cueva haciendo magia en la cancha para salir una semana después, por tv nacional, orinando en la calle. Bien dicen que lo que haces con la mano lo borras con el codo. Pero si fuésemos un jugador, quizá, seríamos como el 'Kaiser' Zambrano. En algún momento estuvo fuera de las canchas por su mala cabeza y mal manejo de carácter, pero en esta Copa América volvió más maduro, con más experiencia y lecciones aprendidas de un pasado que lo condenó. Consiguió su revancha. Sin embargo, el Perú sigue siendo un país rico condenado por sus propios gobernantes. Nuestra cultura ha sido robada. Demos adaptado el concepto de 'criollismo' como ser vivo, el ser indígena como ser menos y el ser político como sinónimo de corrupción. Lo más importante de Identidad es mostrar nuestra realidad más implícita, la que todos saben pero nadie quiere ver

Este film repasa casos de violencia contra la mujer, como lo que sucedió con Eivy Ágreda; los tenebrosos audios de César Hinostroza, el caso tan sonado de los "Cuellos Blancos del Puerto" y su relación con Oviedo, que salió a la luz justo después de la gran actuación del Perú en el Mundial. Además, nos recuerdan nuestra sangre inca, nuestros ritmo negros y rasgos cholos, al Nobel de Literatura y el vacío educacional; tragedias como Tarata y maravillas como Machu Picchu; país de mares ricos y barrios pobres, de personajes ilustres y presidentes deplorables; de gastronomía de marcas que falsifican empaques; situaciones de orgullo y prejuicio. 

UNA ESPERANZA INÉDITA
En la medida que el ámbito indígena se difunde y colora a los otros grupos y realidades; en la medida que se proyecta sobre ellos, la diversidad de sangres, cultura e intereses adquiere el frescor rudo de una esperanza inédita, y la sabiduría absorta de quien empieza reconocer su fortaleza. 

La cita es de Arguedas. Esta frase marca la pauta de un futuro prometedor para un país. Pienso que estamos volviendo a lo nuestro, en un proceso lento pero seguro, duro pero esperanzador. Ver como se difunde nuevamente el quechua, a través de talleres, por nuestra ciudad para volver a nuestras raíces andinas y lenguas autóctonas, colora esa identidad prestada de rojo y blanco; entender que somos más que gastronomía y turismo, hizo levantar la voz de protesta contra toda la corrupción del gobierno. Lograr hacer pagar a los responsables de que este país sea un caos; cambiar la estrofa cantada del himno porque nos condenaba a una eterna esclavitud, fue la esperanza inédita.

El fútbol peruano en estos últimos años nos ha dado alegrías: llegar a un mundial y quedar segundos en una copa América es para sentirnos orgullosos, pero no es lo más importante. Bien dicen que pedirle más a un jugador de fútbol que a un gobernante direcciona al país a un fracaso total, pero no es nada descabellado pensar que ese puede ser un punto de partida. Manifestar nuestra indignación sobre los abusos contra la mujer con la misma intesidad que gritamos los goles de Guerrero; defender los derechos como ciudadanos como defendieron cada pelota; sentir que representamos a un país no sólo con la camiseta puesta. Es lo que puede hacer mejorar a nuestra sociedad. Si el fútbol nos da identidad, que esta nos sirva para salir adelante. Mantenemos la esperanza para un país que aún no sabe lo que tiene. Nicolás Yerovi nos describe a nuestra sociedad en el documental de esta manera: "Un osobuco con distintos maridajes que se cocina a fuego lento, eso es el Perú". 

SOBRE LA CAMPAÑA PUBLICITARIA
Identidad es una película que ha trabajado de gran manera su estrategia de marketing. Lo primero fue sacar la película tres días antes de fiestas patrias. Una película con este mensaje nos sirve para reflexionar en una fecha donde nos sentimos tan peruanos. Lo segundo, fue el camino que siguieron para promocionar esta film. Tener la pinta de ser la historia de los jugadores en el mundial, fue la carnada en el anzuelo para que una sociedad que, innegablemente ligada al futbol, vaya a las salas de cine a revivir aquellos capítulos y llorar como un niño con los goles más recordados de nuestra selección en estos últimos años. Quizás ese fue su éxito inicial, el entenderse como una película light. Sin embargo, su repentino cambio de escenario fue lo que terminó de completar el círculo. En publicidad, lo más importante es el mensaje oculto que hay dentro de toda trama. La idea tiene que ser espléndida. Debe engancharte creativamente para poder soltar su mensaje. Este fue el caso de la película. Ellos nos prepararon el terreno, nos alimentaron de orgullo, de pasión, de sentimiento, para luego, igual que animales yendo al matadero, ver la muerte frente a nuestros ojos. Sin embargo, la película no es pesimista, al contario. 

Un mensaje claro de lo que vivimos en realidad es maquillado por este sentimiento hacia nuestra tan querida camiseta con el fin de hacernos despertar como nación. La difusión por medios ocurrió semanas antes de la presentación de la película. Periódicos, portales web y hasta canales de señal abierta, como deportivos, promocionaban el film. Un dato no menor fue que para el preestreno en tres cines de nuestra capital, uno de ellos iba a tener la visita de Aldo Corzo. No develaron cual, con el firme propósito de aumentar las ventas en el cine ya sea por la película o por una foto con el seleccionado nacional. Un pedido explícito por parte de los de los directores –José Carlos García y Carlos Granda–  fue que por redes sociales se haga una revolución de hashtags, tweets e historias etiquetando a los diferentes cines para llevar esta película a más puntos de la ciudad y, porqué no, a nivel nacional. Sin duda, es un documental que pone a prueba el nivel de patriotismo de los peruanos, que siguen yendo en búsqueda de su identidad.

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