'El día que cargué a mi madre': Unidas por el tiempo

Escena de esta obra que habla de la relación madre-hija. | © Difusión

Escrito por Federico Cisneros

A través de este espectáculo multidisciplinario nos iremos encontrando ante la historia personal de dos mujeres que comparten un amor y una historia irremplazables. Protagonizado por Soledad Ortiz de Zevallos, en el papel de la hija, y Bernadette Brouyaux en el rol de la madre, iremos reflexionando a través de sus voces, de sus pensamientos y confesiones. Sus recuerdos entonces nos producirán nostalgia, haciéndonos cómplices de una infancia y un pasado feliz que espontáneamente intervienen para jugar con los hilos de la narración y la memoria de los personajes. Ahora que son adultas, ambas miran hacia atrás para comprender mejor las cosas que pasaron, llevándonos por un viaje de unión y de distancia, subrayando momentos tan decisivos en la construcción de la identidad entre una madre y una hija.

Esta puesta en escena, que se repone nuevamente en Lima, nos reúne de alguna manera con nuestro propio imaginario, haciéndonos conscientes de ciertos espacios ­–abundantes y vacíos– de los recuerdos que nos quedan. El constante juego con los tiempos nos permite descubrirlas a partir de sus acciones pasadas, sus interacciones presentes y todas esas incertidumbres que lanzarán hacia el futuro. Ellas mismas nos van envolviendo en su propio mundo, de universos entrelazados entre Bruselas y Lima, para desde ahí abrazar sus limitaciones y otros hallazgos artísticos que fueron claves para el desarrollo de sus vidas.

A través de lenguajes que se llevan en el cuerpo, como la acrobacia, el zapateo, el trapecio fijo y de vuelo, la teatralidad, las canciones, diálogos y monólogos, irán dándole vida a diversos momentos de su relación, tan cercana y difícil como cualquier relación íntima; más cuando las que se encuentran y tienen miedo de perderse son una madre y una hija.

Dos mujeres, dos relatos
Bernadette Brouyaux nació en Bélgica y llegó a Perú enamorada. Su mensaje nos alienta a retomar aquello que nos apasiona y una vez abandonamos, a ir más allá de lo permitido para buscar nuestro propio equilibrio. Alienta a las madres a traspasar las barreras del sacrificio, para llegado el momento recuperar su propia individualidad.

A su vez, Soledad Ortiz de Zevallos nació en Lima y descubrió a temprana edad su pasión por el circo. Su relato nos revela las dificultades de crecer en una familia proveniente de países tan distintos, y cómo va encontrando nuevas miradas para superar sentimientos limitantes como la culpa o el desconcierto. La perseverancia que encontró en el camino a sus sueños logra inspirarnos con mucha naturalidad y encanto.

Otro aspecto que hace de El día que cargué a mi madre un viaje personal es el uso de la narración en off que nos permite alcanzar una perspectiva más íntima de los personajes, mientras la escena continúa hablando por sí misma. La música en vivo, los cantos de la madre, las travesuras aéreas de la hija y todo ese mundo circense que las reúne logra emocionarnos y hablarnos de la magia, del perdón, la aceptación y de lo imprescindible que es vivir agradecidos.

Con diversos toques artísticos, elegantes y hermosos, la escenografía, la música e iluminación logran darle a esta obra una atmósfera muy especial, un gran aporte para hacernos sentir partícipes de todo ese mundo privado que nos refleja y nos concierne.

+ INFO
Título:
 El día que cargué a mi madre
Dirección: Paloma Carpio Valdeavellano
Elenco: Bernadette Brouyaux y Soledad Ortiz de Zevallos Brouyaux
Producción General: La X Productora
Sala: Teatro Central - Universidad de Lima (Calle Bellavista 531, Miraflores)
Funciones: Del 30 de mayo al 9 de junio 2019, con funciones viernes, sábados y lunes a las 8:30 pm, y domingo a las 7 pm
Precio de entrada: General S/50; Jubilado S/30; Estudiante S/25 

Comentarios

Quisiera ir a la obra con mi madre, donde puedo comprar las entradas
Puedes comprar las entradas en el portal de Teleticket, en la web del centro cultural (www.centroculturalulima.com/wp/) y en la boletería del teatro, los días de función.
Me gustaría ver la obra, tuve el gusto de disfrutar la compañía de mi madre varios años hasta que se me fue, la recuerdo a ella como una mujer sana y alegre, el día que falleció fue como si me hubiera caído un baldazo de agua helada, la buscaba todos los días, me había sumido en una profunda tristeza y lloraba solito en mi cuarto. Hoy un año después que se fue, estoy más tranquilo, gracias a las enseñanzas de madre abriéndome un camino en la vida.

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