En la obra, el artista Richard Arévalo desnuda la mecánica bajo la que resignifica iconografías que imitan la mecánica de los estereotipos visuales con los que se transmite una representación de lo peruano en la actualidad. De esta manera, recupera la potencia de la imagen con relación a la toma de posición que el arte puede asumir ante estos estereotipos visuales.
En ese sentido, el curador Carlos Castro, comenta que en la muestra se activa la apropiación desproporcionada de la iconografía comercial y publicitaria acerca del Perú con relación a un paisaje basado en la obra de Takashi Murakami, el que irá desplegando las contradicciones encubiertas acerca de la comprensión de la cultura peruana.
“Al interior de este atractivo y armonioso paisaje, se incluye la iconografía que direccionarán las ideas en esta exposición. Los elementos iconográficos ponen en relación las formas históricas de la geografía del territorio nacional y las dimensiones/planos del mundo según la cosmovisión andina”, explica el curador.