Tarshito: "Si hablamos de separaciones, seremos nosotros los separados"

"Nosotros tenemos dentro nuestro todas las semillas de la violencia, pero también del amor, del abrazo"

Creador de una nueva geografía en donde el Golfo de México coexiste con una parte de Puglia y en el que Nepal tiene salida al mar, así es el mundo pictórico del artista italiano Tarshito: un enorme mapa sin bordes donde Korea esta pegado al Sahara y todas las tradiciomes artísticas comparten la misma orilla de la imagimación. Hace un tiempo vino trabajando con las tribus shipibas en la cocreación la exposición Tarshito se enamora del Perú que se presenta en el Instituto Italiano de Cultura. Hablamos con Tarshito y Lastenia Canayo, artista peruana shipibo sobre la exposición que presentan.

TARSHITO Y LASTENIA CANAYO
En Katmandú, Tarshito oyó por primera vez de los shipibos a través de una artista peruana. A Lastenia la conoció en un evento del Ministerio de Cultura en Lima, de ahí congeniaron y fue a Pucallpa e Iquitos a ver crear a los shipibos. "Sus dioses son el árbol, la madre del árbol, la esencia del árbol. Eso que parecen culturas distintas no lo son porque los dos, en el caso de Lastenia y mío, buscamos amar".

Lima es una ciudad famosa por no tener colores. Una artista plástica chilena mencionó que solo encontraba colores en el mar y la comida. "Yo siempre trato de traer los colores dentro de mí. A veces, afuera, veo colores. A veces, no. Dentro de mí me quedo estable, coloreando", responde Tarshito. "A mí me gustan los colores, mi nombre shipibo es Peconquena que significa 'que gusta los colores'Cuando vengo a Lima, aquí no hay colores. Como yo traigo los colores los combino con colores vivos, tinta natural, azul, blanco, rosado, amarillo". Entonces suena el móvil de Lastenia. Un cliente le espera afuera del instituto para que le entregue un trabajo suyo que lleva envuelto entre sus brazos como un bebé. En efecto, ella trae colores.

Desde ya hace varios años Tarshito ha venido recorriendo el mundo al encuentro de los pueblos en sus tradiciones artísticas. Es un hombre grande, sin ser necesariamente muy alto, pero hay algo en él que magnífica su presencia. Tiene el cabello rizado como el de un estudiante de pregrado y una barba ligera de profesor de filosofía. Su voz es fuerte y suave y como todo italiano no deja de mover sus manos, pero en su caso los ademanes son precisos y pareciera que estuviera pintando, pincelando a una idea. Lastenia, en cambio, es una mujer ya mayor, más pequeña, sus ojos se mueven hacia arriba cuando va a responder, como si recordara. Habla lo preciso. A lado mío el traductor de Tarshito, Giussepe, muy correcto y preciso, muy joven también, tiene aspecto de los que son o van a ser padres primerizos. Me pregunto si la conversación sería mas fluída con Lastenia si hablasemos en shipibo, porque en español no puedo sacarle más ideas, más carne para esta nota. Pero no hay traductor para los artistas locales, y aunque bilingüe, entre Lastenia y yo hay una valla que se nos complica rebasar, y lo intentamos los dos, pero las palabras se nos enredan y tropezamos otra vez en el silencio.

"Yo amo mucho cuando no hablo el idioma de los otros artistas con los que trabajo porque nos obliga ir más allá de las palabra", dice Tarshito cuando me comparte cómo era su comunicación con Lastenia y los demás artistas shipibos cuando estuvo en la selva pintando con ellos. Pero no es la primera vez.  Tarshito viene trabajando con comunidades nativas ya durante varios años. Si uno googlea dará que tiene más referencias en India o Bangladesh que en su misma Italia. Hace unos meses estuvo dando una muestra en Rabat, Marruecos. Ya antes estuvo en Nepal, Korea y México haciendo lo mismo. Su obra que se escapa de la clásica percepción de artista individual, lo enmarca en algo más complejo que solo coparticipe e impulsador de colectivas, es un acercamiento a tradiciones artísticas originales ajenas al mercado del arte y que existen desde hace milenios.

A Lastenia la veo escuchar todo imperturbable con una sonrisa, da impresión de una serenidad de sacerdotisa oriental mezclada con una radiante inocencia. Siglos atrás nada se sabía de los shipibos y demás pueblos de la selva. La conquista y colonización no pasó de la ceja de selva hasta la época del caucho, ese capítulo vergonzoso de la historia peruana que creíamos superado hasta el Baguazo. Así que, salvo las misiones, nada bueno ha llegado de nosotros a los nativos, a quienes nos resistimos a integrar y ellos quizás nos vean con natural desconfianza, de ahí quizá el silencio de Lastenia, el silencio de nuestro todavía ajeno oriente. "Para mí es una alegría trabajar con Tarshito comenta Lastenia riendo—. Primera vez que trabajo así. Lo he hecho con ganas. Sus trabajos he visto bien difíciles. Él no entendía mi palabra. Empecé a los 18 años trabajando cerámicas, bordados, a pintar en tela. La cerámica me enseñó mi abuela, ella ha sido mi maestra. En 2004, exposiciones me animó Pablo Macera. Yo soy de Yarinacocha, Pucallpa. Soy shipiba".

Años atrás Tarshito empezó su búsqueda en México (todas las buenas historias empiezan en México) a través del aprendizaje de las técnicas tradicionales. De ahí no paró los pies. La novedad de su trabajo es haber encontrado siete tradiciones en el mundo que aparecen en un largo rollo que asemeja una carta marina, un litoral continuo todavía por descubrir, porque su viaje no hace más que empezar otra vez. "Empecé a México como un peregrinaje para ir a encontrar las raíces de la humanidad, porque lo que encuentro son símbolos, rituales y celebraciones que parten de un lenguaje universal. Y me alegra cuando encuentro mi ignorancia al hallar a estos custodios de la humanidad de las minorías étnicas". El rollo mide 10.8 metros de largo, y este es un número sacro en varias tradiciones.

Cuando le digo a Tarshito sobre por qué esa ausencia de los conflictos en su trabajo, problemas como la violencia, el feminicidio, etcétera, él me responde feliz y rotundo: "Yo no quiero hablar del feminicidio". Pero Tarshito, ese es el mundo real, le increpo y él responde con alegría: "Yo quiero hablar de la esencia del árbol. La verdadera realidad es tu sonrisa en este momento y el resto es la enfermedad. La medicina es la tradición. Nosotros tenemos dentro nuestro todas las semillas de la violencia, pero también del amor, del abrazo. ¿A cuál de estás semillas daré la energía para germine? Es una elección por el amor, la sonrisa. Para mí esta es la pregunta importante. Mi intención es la de ser un vaso limpio para recibir la imformación que viene de la magia de la vida. Por ejemplo el primer impacto al encontrarnos con la cultura China o las tradiciomes shipibas es que somos muy distintos. Hay una emergía de separación, de juicio. El miedo de encontrar al otro, a lo desconocido. Si hablamos nosotros de separación seremos nosotros los separados". Y Lastenia regresa con una sonrisa. 

+INFO: Tarshito se enamora del Perú 

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