Artículo escrito por Óscar García Meza
Para crear una de sus obras, Yulia Katkova toma unas 300 fotos. La mayoría de las veces son selfies, pero no obedece a un desbordado egocentrismo. Más bien se debe a que ella es la única que siempre está disponible. En la sesión prueba distintas poses y deja que su cuerpo fluya. Cuando obtiene el retrato indicado lo convierte en una pintura. Pero no piense que es un calco de la fotografía. Al contrario, es una creación nueva.