Blog de Hazael Valecillos

Hazael Valecillos
© Musuk Nolte

Artículo escrito por Hazael Valecillos

El de los circos es un mundo del vértigo y la instantaneidad. Uno donde cada pirueta, giro, salto al vacío, se sigue con expectación y redoble de tambor. Donde el truco mortal termina cada noche en un aplauso. Es el placer de lo efímero, el “ver llegar al circo”, el saber que durará poco y el no saber dónde estará la siguiente semana.

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David Duponchel | © Alexandro Valcárcel

Entrevista realizada por Hazael Valecillos

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Juan Manuel Bermúdez / © Luis Medrano

Juan Manuel Bermúdez lleva seis años plasmando en calles, puentes peatonales, buses y hasta baños un símbolo compuesto por la palabra Lima y en su interior una columna estructural, un tanque de agua y la cruz sobre el cerro. Su autor lo define como una marca que está cubriendo el vacío que tanto gobierno como empresa privada no han llenado, al darle un sentido de identidad a la ciudad y sus habitantes.

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© Kanaku y el Tigre

Hace unos años, esta historia probablemente hubiese arrancado hablando de cómo Bruno Bellatín (Kanaku) y Nico Saba (El Tigre) se hicieron amigos en la infancia, para tomar destinos separados y reencontrarse en un momento en que los dos tenían muchas ganas de hacer buena música. Hablaría sobre el proyecto Tigre de Nico, que consistía en tocar con músicos callejeros de distintas ciudades que visitaba, o el estudio Kanaku (Fuego en quechua). De cómo armaron Caracoles (2010), su primer disco, y lo comenzaron a presentar en espacios pequeños.

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Cyrano de Bergerac (1990)

Por un lado, un ladrón joven e inexperto entra a robar a la casa de una dominatriz, de quien se enamora y con quien tiene una relación tortuosa marcada por los celos; por el otro, un galo de clinejas y largos bigotes, bajo de pecho, bonachón y que con fuerza sobrehumana protege a su aldea junto a Astérix, su mejor amigo.

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Theo Jansen | © Loek van der Klis

Holanda es hogar de gente persistente y de grandes ingenieros, pues su existencia misma es una forma de imponerse a los designios naturales y modificar el mundo para agregarle algo que no tenía. En igual medida, es un país fuertemente marcado por el arte, generando una tradición pictórica que abarca talentos técnicos como el de Van Eyck, enigmáticos como El Bosco y atormentados como Van Gogh.

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Instalación 'Brutalismo 90' | © Javier Gragera

Desde el exterior no hay mayores señales. Puedes pasar de largo a diario por esa calle del distrito de Lince y no enterarte de lo que hay dentro. Pero si por casualidad te acercas a la puerta de Las Margaritas 167, tal vez veas la pequeña insignia junto al timbre que te dice que en medio de tanta cotidianidad funciona un espacio donde aquellos que están comenzando en el a veces cenagoso camino del arte son bienvenidos a exponer su obra.

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Gif de Andrea García Roque

En paralelo con sus proyectos individuales, las artistas visuales Marisabel Arias y Solange Saldana han trabajado en conjunto desde Espacio 621. Esta vez, decidieron convocar Gifggenheim, un archivo de esas imágenes en loop que, previa selección, generó una muestra presentada en el espacio Bisagra, el 15 de setiembre pasado.

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Lima es una ciudad ruidosa, tal vez demasiado. Sumergida en el caos de la cotidianidad, con las máquinas que incesantemente taladran, derrumban o construyen en un ambiente urbano siempre cambiante, siempre rehaciéndose; con el tráfico de esa larga hora punta que dura en promedio doce horas diarias y nos hace sentir que siempre estamos en un atasco; con los jaladores de las combis, los vendedores, y el que tiene una Biblia desgastada que agita en el aire mientras profetiza el Apocalipsis que viene tan cerca como el próximo paradero; todo simultáneamente, todo caos.

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Wendy Vásquez y Alberto Ísola protagonizan 'Cielo Abierto' / Foto: Difusión

De los mecanismos que tiene el teatro para construir su artificio, quizá uno de los más valiosos sea el escenario que enmarca y distancia la acción. Cuando se sale del escenario, o cuando éste transmuta en una imagen sin marco, dejamos de ser espectadores y nos convertimos en algo más culposo, pero más magnético, nos convertimos en unos voyeurs que devoran con avidez las pasiones, los conflictos y las emociones humanas, ahí, al ras del suelo, donde la pasta se cuece mientras dos ciegos juegan a hacerse daño.

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