Se presentaron en el concierto del Festival Nosotras Estamos en las Calle, pero llegué tarde y no las oí. Los comentarios sobre su performance eran positivos, así que la curiosidad me hizo buscarlas. Las oí y todo quedó más claro: su hip hop tenía un discurso claro, directo y político. No había medias tintas.
Hace algunas semanas atrás leía en el diario español El País una crónica de la experiencia de Sabica Khan, una mujer musulmana que había sido acosada en su peregrinación a La Meca, lugar sagrado para los musulmanes. Contaba que mientras hacía el ritual sintió algo duro en su trasero, pero quisó pensar que esto se debía a lo atiborrado del lugar. Luego no pudo dudar de lo que estaba pasando cuando una mano tocó su trasero.
Encontrar propuestas frescas, audaces, versátiles y con estilo en la música cada vez es más complicado. Siento que hay sonidos muy similares que se repiten (infinitamente) en discos y en conciertos. Todo suena igual o casi todo. Esa falta de creatividad es tan repetitiva que quita las ganas de echar un vistazo a las novedades actuales.
El sol aún no se ha ido. La tarde es cálida y la primavera tímida. Vílchez Huamán, alias artístico de Ricardo Wiesse Hamann, nos recibe para hablar de 1977, su proyecto musical como solista. Se trata de un disco bastante personal con sabor a rock sintetizado que fusiona a su acostumbrado reggae, ska y punk. Sonidos que lo acompañan en paralelo a sus tocadas con La Mente, donde también canta.
Nací el trece (de mala suerte) del cuarto mes del año. Mi padre era norteamericano y mi madre peruana. Al enterarse que yo venía él se marchó (como si mi nacimiento se tratase de un mal augurio) y ella se quedó madre y soltera. Como no pudo hacerse cargo de mí (era 1924 en Lima, una ciudad conservadora y pacata), me dio en adopción. Crecí en un hogar donde aprendí el rigor, la ternura y la música; en ese orden.