Ruta literaria femenina (o Rayuela limeña)

Mapa Literario de Lima © Difusión

Artículo escrito por Hans Alejandro Herrera

El camino de las mujeres por las letras peruanas está lleno de baches, paradas, luces rojas a asaltar y a veces hasta callejones sin salida. Pueden haberla transitado en tacón aguja 7 como en zapatillas deportivas, pero todas han ido por el mismo camino que ha abierto senda donde no había antes más que una sólida pared de indiferencia. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, la Casa de la Literatura Peruana, que viene organizando desde el 2014  recorridos literarios por el casco histórico de Lima, nos lleva esta vez a descubrir una ruta de claro acento femenino.

Esta ruta literaria no se lee linealmente desde la cronología histórica, y su clave quizá se explique en el nombre que le han dado al recorrido: Una mujer canta en medio del caos. En este caos urbanístico y social que es  Lima tal vez convenga tener presente estas fracturas narrativas sobre todo a la hora de leer una historia tan repleta de golpes que todavía no acabamos de contar.

1. LAURA: DOS CAMINOS Y UN TREN
La ruta empieza en la misma Casa de la Literatura Peruana, ex estación de tren de Los Desamparados a espaldas del Palacio de Gobierno. Las primeras reflexiones giran en torno a Laura Riesco, autora contemporánea que escribió la novela Ximena de dos caminos, donde describe las fracturas que tejen el Perú a través de una niña educada en la sierra peruana entre los valores modernos y liberales de su padre, un funcionario, y las tradiciones orales indias de su criada. Es una reflexión simbólica del Perú en tanto disyuntiva de caminos que da protagonismo a un personaje femenino infantil, por lo que se considera pionera en la literatura peruana. Esta novela es significativa como punto de partida de la aventura que representa la participación de la mujer en la vida pública a través de la literatura. (Continúa en 3)

2. MONTSERRAT: PLAZA DE VIOLENCIA
Se sale de la estación y apenas llegamos a la Plaza de Armas nos encontramos con una escena de repertorio folklórico representativo de alguna provincia del interior país, que reivindica su existencia en nuestra capital durante una hora. Todo es un poco ajeno y a la vez se mete dentro de la poética de Zona Dark, poemario de Montserrat Álvarez, poeta de la década de 1980 que reflexiona sobre la violencia en una época convulsa, cuando en los postes de luz de las plazas de nuestras ciudades se colgaban perros y las injusticias sociales eran el combustible de ese crematorio vivido apenas 25 años atrás. (Continúa en 8)

3. JUANA MANUELA: ORGULLO Y PREJUICIO
La ruta tiene su siguiente parada histórica a una escasa cuadra del Palacio de Gobierno y a tan solo 140 años en el pasado. Entre los jirones Conde de Superunda con Camaná, en los altos de un viejo solar de la era republicana, se encuentra uno de esos primeros espacios culturales en los que se abrió la presencia femenina en Lima. Era la entonces casa de Juana Manuela Gorriti, escritora argentina, quien entre otras cosas fue una de las primeras en abrir una escuela primaria mixta en Lima, autora de un famoso recetario hispanoamericano llamado La cocina ecléctica, y autora de una de las primeras novelas argentinas, La quena, publicada en Lima por entregas, en que denuncia el abuso de la mujer india por los españoles.

Entre 1876 y 1877, Juana Manuela desarrolló las “veladas literarias”, más como una respuesta que como una continuación de los clubes literarios que ya se daban en Lima, pero que estaban cerrados a la presencia femenina. Hay que recordar si bien la presencia firme y fuerte de Gorriti se impuso en esos clubes exclusivamente masculinos, ella misma tuvo que inaugurar un espacio cultural abierto a todos y todas. Eso no fue fácil para una mujer que era extranjera y además divorciada en la Lima del siglo XIX. Pero su marcada personalidad y refinada formación cultura, así como su amistad con otros intelectuales y escritores de la época, como el mismo Ricardo Palma, le sirvieron para imponerse a los prejuicios y organizar con éxito sus “veladas literarias”.

En estasse hablaba, se discutía y se leía sobre literatura, artes e incluso política. Reuniones que se prolongaban hasta las 3 de la mañana. Un escándalo para la época, como es lógico. La de Gorriti fue una apuesta firme por la cultura y el derribo de los muros de convento en que se ocultaban las mujeres más capaces de la joven República. Su objetivo, como decía la misma Juana, se reducía a “hay que educar a la mujer”. Entre algunas de sus asistentes se encontraba otra mujer capaz y que supo marcar su presencia en la literatura peruana: Clorinda Matto de Turner. (Continúa en 6)

4. BLANCA, CELIA Y ALICIA: EL ESFUERZO POR SEGUIR PRESENTES
90 años después de la significativa presencia de Gorriti y 50 años antes del momento en que nos encontramos recorriendo la memoria de estos pasos, existió en la Plaza San Agustín (jirón Ica con Camaná), otro espacio, la Peña Pancho Fierro, poblada de pintores y escritores, donde prácticamente el Perú cultural se encontraba y saludaba en torno a las piezas artísticas artesanales que comenzaban a revalorarse. Ese espacio fue la creación de dos hermanas que empujaron durante sus vidas las ruedas de una cultura socialmente transversal. Ajenas a elitismos, las hermanas Alicia y Celia Bustamante supieron, sin embargo, aprovechar el capital de prestigio que les daba su apellido y sus orígenes, ya que estaban emparentadas con un héroe de la guerra peruano-chilena de la talla de Alfonso Ugarte.

En Pancho Fierro, se daban cita autores de la talla internacional de Neruda, Alberti o Arguedas. Pero también una poeta, una de las más significativas del s. XX, Blanca Varela. La suya no es solo una historia de poesía envuelta en pintura, es la de una mujer atravesada en sus últimos años por el dolor de la pérdida de su hijo Lorenzo, fallecido en un accidente. Esa muerte marcó el declive de la vida de la poeta, que se vio claramente trasladada a su escritura, cada vez más solitaria y oscura como consecuencia del vacío que dejaba esa vida que salió de ella misma.

Y sin embargo, la lucha por escribir, por continuar presentes queda palpable en Concierto animal, donde abre su corazón pocos años antes de su propia muerte: Si me escucharas/ tú muerto y yo muerta de ti/ si me escucharas/ hálito de la rueda/ cencerro de la tempestad/ burbujeo del cieno/ viva insepulta de ti/ con tu oído postrero/ si me escucharas.

Esta lucha por continuar presentes en la escritura también la significaron las hermanas Bustamante con su empeño en mantener funcionando la Peña Pancho Fierro. Cuando el dinero escaseaba,  tuvieron que mudarse de lugar, apenas unas cuadras más allá de la Plaza San Agustín. Consiguieron un fondo para continuar la peña, pero esta ya era un fantasma de tiempos idos. Solo un año duró el fondo de ayuda, y ese mismo año fallecía Alicia. Celia sola y ya muy mayor no tuvo las fuerzas para continuar, repartió las piezas de arte costumbrista y otras colecciones que tenía entre su familia, la Universidad San Marcos y Cuba. Falleció cinco años después que su hermana. En su lugar ahora solo hay un monumento modernista ya pasado de moda, dedicado a César Vallejo, que hace frente a la fachada barroca de 300 años de una iglesia. (Continúa en 5)

5. COTA Y VICTORIA: REPRESENTACIÓN DE UNA REIVINDICACIÓN
En el jirón Huancavelica 265, se encuentra el Teatro Segura. Se cae de viejo y no ha sido debidamente restaurado, las rejas de fierro desvencijadas parecen más propias para una bodega o una ferretería que para un edificio decimonónico que difícilmente uno creería en funcionamiento todavía. Sin embargo, en sus tiempos brilló, no solo por sus representaciones sobre el escenario sino también por su apertura a luchas reivindicativas. Es el caso de la compositora de décimas Victoria Santa Cruz.

En el teatro, Victoria diseñó, coreografió y compuso para su recitación mucho de su repertorio de reivindicación racial allá por las décadas de 1960 y 1970. Pero mucho antes, por la época de 1940, otra mujer, Carlota (Cota) Carvalho de Núñez, representaba teatralmente con niños de colegios masculinos y femeninos una narrativa infantil propiamente peruana, en tanto que figuraban animales, plantas y geografía peruanas, muy apartadas ya de los temas infantiles extranjerizantes hegemónicos que eran la norma hasta la fecha. Es Cota quien rompe con este colonialismo cultural desde el mismo relato para niños, al introducir temas genuinamente peruanos que les permitían recorrer el Perú a través de la literatura. Se reconoce su trabajo entre otras cosas como autora de la primera novela para niños del Perú, Rutsí, que ganó el premio de la editorial Farrar & Rinehart de New York, en el año 1943. (Continúa en 7)

6. CLORINDA: A SANGRE Y FUEGO
En los altos de una casona de la tercera cuadra del Jr. Cailloma se daban allá por los años de la reconstrucción Nacional (1883-1900) las veladas literarias organizadas por Clorinda Matto de Turner, una hermosa continuación de las veladas organizadas por Gorriti una generación atrás. A ellas asistían otra vez hombres y mujeres hasta el amanecer para compartir las lecturas e ideas de vanguardia en medio de un mundo que se transformaba entre luchas de sociales y políticas.

Digna heredera de la temática abordada por Gorriti en La quena, Clorinda se centraba en la problemática del indio, la cual denuncia magistralmente a través de una novela incendiaria, Aves sin nido. Una novela que le valió amenazas, odios, y una carta de felicitación del Mariscal Cáceres, héroe de la guerra peruano-chilena. Entre sus denuncias al status quo subyacente y la creación de una imprenta que facilitó la divulgación de ideas modernas y secularizantes, fomentó la reflexión en torno a la mujer, a la vez que empleó a mujeres en su imprenta. Pero la campaña contra Clorinda fomentada desde el Clero llevó a que su casa fuese asaltada por las masas populares hostigadas desde el púlpito, más a raíz de la publicación de un texto sacrílego impreso en su editorial. Eso volvería a repetirse años más tarde con el triunfo del Pierolismo, en que los montoneros, especialmente las mujeres, quemaron su casa e imprenta. Fue el final del trabajo intelectual de Clorinda en el Perú. Poco después, partiría al exilio para jamás volver. Las veladas literarias habían llegado a su fin, más no las mujeres que sabían leer. (Continúa en 4)

7. MAGDA: ENTRE LA LEALTAD Y LA LIBERTAD
En la esquina de Jr. De la unión y Jirón Puno funcionaba la ANEA, la Asociación Nacional de Escritores y Artistas, quien por muchos años dirigiera Magda Portal, periodista, aprista y luchadora social. Ya a los cinco años conoció la injusticia en carne propia cuando a ella y a su familia los desahuciaron de su casa. Años más tarde, movida por las inquietudes políticas, se unió a Víctor Raúl Haya durante la fundación del APRA en México. Una férrea disciplina y lucha por un país libre la llevo a prisión donde dio a luz a su hijo. Luego, su espíritu rebelde la movió a discrepar con el fundador del APRA hasta finalmente separarse del partido.

Pero su hambre de lucha social no se detuvo ahí, y años más tarde formó y dirigió la ANEA donde agrupó a gran parte de los escritores y artistas nacionales. Además promocionó  la primera celebración del Día Internacional de la Mujer en Perú. Entre golpes de policía, encierros sin juicios ni condenas, discrepancias partidarias, Magda es el ejemplo de lo que significa seguir el propio camino, y lo accidentado que puede ser tomarlo con férrea determinación. (Continúa en 2)

8. CARMEN: PLAZA SAN MARTIN PARA TODAS
La última parada en el viaje en el tiempo de las escritoras en Lima culmina en la plaza del libertador del Sur. Centro de actividades musicales, culturales y políticas, la Plaza San Martín es un espacio vital que a veces pueblan multitudes heterogéneas y otras veces el gas lacrimógeno en forma de neblina. Allí han estado presentes tanto en sus bancas como en sus bares circundantes la adrenalina noctámbula de las escritoras de la década de 1980 como Carmen Ollé, quienes se apropian del cuerpo femenino para hablar a través de él de su sentir y de su época. Así se expresa Ollé en uno de sus poemas de Noches de adrenalina:

Tengo 30 años (la edad del stress).
Mi vagina se llena de hongos como consecuencia del
primer parto.
Este verano se repleta de espaldas tostadas en el
Mediterráneo.
El color del mar es tan verde como mi lírica
verde de bella subdesarrollada.

¿Por qué el psicoanálisis olvida el problema de ser o no ser
gorda / pequeña / imberbe / velluda / transparente
raquítica/ ojerosa…?

Y aquí se cierra este recorrido, en que las mujeres, sus protagonistas, más que centrarse en sí mismas, siempre estuvieron preocupadas por las causas que nos unen a todos y todas, y supieron anteponer este compromiso y entregar sus vidas a los desafíos colectivos. Pues como todo camino, esta ruta empieza por alguna parte y continúa por donde todos debiéramos seguir. Ahora toca transitar nuestra Lima siguiendo los pasos de grandes mujeres que anduvieron sus calles antes que nosotros. Eso es herencia; eso y no parar. (Continúa en 1)

MÁS INFORMACIÓN
Título: Mapa Literario de Lima: Una mujer canta en medio del caos
Lugar: Casa de la Literatura Peruana (punto de inicio del recorrido)
Fechas: Hasta el 31 de marzo 2018
Horario: Sábados, a partir de las 10 am

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