La Centralita es un laboratorio estético y social, en el que se produce, experimenta y piensa el arte en todas sus formas. Estético, prestando especial atención a los procesos por encima de los resultados, en contraposición al comportamiento que exige el mercado. Social, porque es un proyecto de vida para quiénes lo llevan a cabo, dos personas (E y E) que han optado por deslindarse del modelo de subsistencia que depende del trabajo asalariado para así contar con el tiempo necesario para explorar modos de hacer en oposición a modos de consumir.
La Centralita se localiza en un los tres últimos pisos de un clásico edificio de autonstrucción ubicado en la zona industrial de Surquillo, entre fábricas de zapatos, mayólicas y grandes almacenes.
Su programación va desde una fiesta mensual, cuya función es subvencionar el alquiler para que así otros eventos sin fines de lucro puedan contar con el tiempo y la continuidad que necesitan para evolucionar, hasta conciertos, talleres autónomos, que apuntan a integrase en una escuela libre, pasando por cine independiente, artes y medios digitales, poéticas de internet y todas sus posibles mutaciones.