Hay canciones que nos atraviesan, no por su sonido o por la calidad de su composición, sino por la forma en que activan recuerdos que creíamos archivados. Por eso, escuchar a Luis Guzmán es viajar casi quince años atrás y reencontrarme con la locura, los excesos, una versión mía a la que temo, el Partido Socialista y noches que me permitieron conocer a personas que luego serían amigos. Porque pocas veces tienes la oportunidad de bajar al paraíso artificial acompañado y salir ileso para contarlo.
Por el Día Internacional de la Mujer es necesario que desde nuestro frente cultural podamos difundir la voz de escritoras, la mirada de cineastas, los colores de artistas, los ritmos de cantantes y en general ser vitrina para todas las artistas y mujeres exponentes de la cultura de nuestro país y del mundo.
Para este 14 de febrero decidí hacer una encuesta en redes y le pedí a la comunidad que comparta conmigo poemas de amor y desamor. Contra todo pronóstico, varias amigas y amigos enviaron los versos solicitados. Fueron una serie de poemas que me removieron y agitaron el mar que llevo dentro.
Como plataforma cultural estamos convencidos que la naturaleza del arte es incomodar y desafiar el status quo, debe criticar y cuestionar a la sociedad en su conjunto y ofrecer nuevas miradas y entendimientos sobre la humanidad.