Rodrigo Ahumada | 25.03.2025

Escrito por Rodrigo Ahumada
El teatro y la literatura siempre han dialogado entre sí, y el Primer Simposio de Libros y Artes Escénicas: De las páginas, al escenario busca explorar esa relación. Organizado Mierda Librería, este evento reunirá a destacadas figuras del teatro peruano los días 29 y 30 de marzo en el Museo Metropolitano de Lima, con un programa que incluye charlas, talleres y presentaciones de libros.
Entre los invitados destaca Rocío Limo, dramaturga, directora y actriz, cuya obra ha dejado una marca en la escena contemporánea. Como parte del Simposio, dictará lel taller La forma del drama, donde compartirá su visión teatral y sus procesos de creación. Conversamos con ella sobre este evento, sus proyectos actuales y su forma de abordar la dramaturgia.
Sobre el Simposio
Rocío, ¿por qué aceptaste participar en este evento? Siendo Mierda Librería un espacio independiente y no un Crisol o Planeta.
Desde hace más de 10 años, me dedico al teatro independiente, un espacio donde he cultivado y perfeccionado mi oficio. Para mí, la cultura independiente es un auténtico laboratorio de creación, donde los artistas ponen a prueba su resistencia en el contexto que les toca vivir. En estos espacios, la libertad para expresar y hacer es fundamental para el desarrollo del arte y también de una sociedad democrática, saludable. Crear es un acto de amor compartido que ilumina y enriquece nuestra comunidad.
¿Qué beneficios crees que va a tener este evento para la sociedad y para la comunidad de teatro?
Me parece que este Simposio representa una apuesta por la gestión, y eso ya es un beneficio impresionante, sobre todo en estos tiempos, donde los apoyos institucionales suelen sostener el sesgo del momento y son capaces de censurar, denunciar y cancelar eventos culturales.
Uno de los beneficios es la apertura y la cercanía entre los artistas escénicos y el público. Abrir los procesos creativos que están detrás de los resultados, de manera más horizontal y reflexiva. Hay poco espacio para la reflexión en torno al arte escénico en el Perú. Fuera de los espacios académicos, que normalmente están inscritos a entornos específicos.
Entonces, estos espacios que mezclan reflexión, análisis y diálogo, gestionados por la ciudadanía con el apoyo de artistas y gestores se articulan como una respuesta colectiva a un problema compartido.
¿Qué crees que se puede conseguir con este evento?
Creo que podemos aprovechar la oportunidad para conversar entre creadores, abrir el interés por la forma y la búsqueda del otro, y también escuchar a las personas interesadas en el teatro: en saber cómo funciona, qué preguntas sostiene, y cuál es su lenguaje.
¿Qué expectativas tienes de este evento? ¿Qué te gustaría lograr con tu participación?
Estoy preparando una clase en la que partiré del proceso de creación de dos obras mías: Todas las gallinas vuelan y María Pizarro, he aquí el amor. Para compartir mi propio proceso creativo, así como las herramientas que he utilizado para construir estos mundos. También abordaré de qué preguntas surgen estas obras y otros aspectos relacionados.
¿Cómo se puede ayudar a la gente a que pueda seguir consumiendo cultura? Sabiendo que ir al teatro es caro.
Creo que actividades como esta son muy importantes para darnos cuenta de que todos podemos ser parte de la cultura. La necesidad de la comunidad genera más espacios autogestionados que pueden contar con el apoyo de instituciones, lo que a su vez fomenta la accesibilidad. Por otro lado, el teatro siempre está realizando promociones; los teatreros somos muy sinceros acerca de nuestra necesidad de público y siempre queremos tener teatros llenos.
Sobre sus proyectos
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente? ¿Dónde podemos verlo?
He comenzado el proceso de ensayos de Proyecto Ugaz, una obra que coescribí con Vera Castaño, sobre la periodista Paola Ugaz, y que dirige Diego Gaurgorevich. Estrenamos el 3 de junio en el Teatro la Plaza.
¿Qué proyectos tienes para este año? ¿Cuentas con algún taller del que nos quieras hablar? ¿Alguna obra que se vengan en la segunda mitad del año?
Después de la obra que comenté, empiezo ensayos de “Un huracán nos había azotado” de Massiel Arregui. Tengo la suerte de dirigir esta obra testimonial, escrita por Massiel e interpretada por su hija María Rubio y su hermana Denisse Arregui. Estrenamos en septiembre.
Por otro lado, en noviembre reponemos María Pizarro, he aquí el amor, ambas en Sala Quilla.
Desde Hagamos un Drama, el 7 de abril comienza un nuevo taller con una duración de tres meses. Aún estoy evaluando si abrir un taller de actuación sobre la técnica de Eines, una técnica actoral que confronta la palabra desde el cuerpo; no para establecer una jerarquía, sino, todo lo contrario, para desarmarse y resignificarse juntos.
¿Tienes alguna idea o proyecto que te gustaría realizar en el futuro?
Tengo varios deseos.
Los más claros son una obra que escribí hace poco se llama Un nuevo paisaje, pero creo que es muy desafiante como propuesta de montaje, sobre todo por producción. Pero estoy inclinándome a que cuando la monte, será muy sencilla, sostenida por actores y texto. Pero aún no sé.
Y también desde hace varios años estoy escribiendo un documental sobre mi papá. El proyecto está en desarrollo y espero poder realizarlo pronto.
Sobre Hagamos un Drama
Tuve la oportunidad de conocerte gracias a uno de tus talleres. Lo que llamó mi atención fue el punto de partida de la escritura. Tus procesos de creación nacen de lo íntimo, de lo privado, viendo el camino para convertirse en auto ficción o ficción y ser universal. ¿Todo proceso creativo nace de esta forma? ¿Es una tendencia tuya o se aplica esta fórmula en el teatro de forma general?
Creo que, en alguna medida, siempre hay una mirada hacia nuestra propia historia. Sin embargo, no pienso que todas las obras tengan que tenerlo tan en cuenta; es más un gusto personal. Pero creo que, en un proceso de formación e investigación en torno a la escritura, es importante escuchar y tratar de entender nuestro mundo íntimo, siendo conscientes de que esa construcción es un punto de vista y está llena de ficción. Puede volverse un regalo que resignifique hacia adentro y también hacia afuera.
¿Cómo trabajar con el miedo a la exposición de nuestra intimidad?
Creo que la ficción te permite cuidar eso, no tienes que exponer el golpe, la escritura te da tiempo de pensar, de encontrar belleza, de crear símbolos durante el proceso.
¿El teatro es una máscara detrás de la cual podemos escondernos, pero a la vez mostrarnos?
Me gusta la idea de la máscara, sobre todo en el contexto del teatro. Es lo que libera a un ser interior, un otro sin un superyo dominante. Disfruto pensar en la idea del carnaval, donde salen los trixters a molestar, a mostrar lo que nadie quiere ver: un ser que no tiene una identidad atada a su propia historia, sino que revela lo que somos todos un poco.
¿El teatro, el arte, tiene facultad de sanar? ¿Está bien ver el teatro como una terapia? ¿Crees que podemos sanar traumas a través del arte?
Creo que el teatro no es terapia, así como creo que la amistad no es terapia. Pero ambos, el teatro y la amistad, sanan.
¿Recomiendas remover nuestra oscuridad y luminosidad interior a través de la exploración de escritura teatral? ¿Qué podemos lograr? ¿Qué ganamos? ¿Qué perdemos?
Recomiendo escribir: para jugar, para pasar el rato, para tener ternura, para mirarnos desde otro lugar, para burlarnos de nosotros mismos y también para remover lo que haya que remover.
Diría que no perdemos nada; me parece que escribir abre y muestra nuevos caminos.
Más información en el Instagram de Mierda!! Librería
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