Bach, Beethoven, Mozart con beats electrónicos: Levi.sct

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Escrito por P.F.M.

Lo que me gusta —y espero— de la música, independientemente de su género, es su capacidad para sorprenderme con sonidos nuevos: etéreos, eléctricos o clásicos, pero que despierten mi curiosidad y me provoquen esa urgencia visceral de querer oír más. No me importa mucho la época. Lo que sí considero relevante es que tenga un sonido capaz de traducir el alma. Porque la música no solo se oye: se siente con todo el cuerpo.

Usualmente descubro que las cosas más interesantes ya fueron hechas años atrás. Lo que se produce hoy, en general, me suena demasiado parecido; como si nada destacara.
O tal vez —y esta idea me intriga más— lo contemporáneo consista precisamente en rescatar lo antiguo para reconfigurarlo. Quizás ya todo fue hecho, y el presente solo tenga margen para reinterpretar.

En tiempos en que el mercado musical exige inmediatez y fórmulas bailables, esa búsqueda de lo distinto se vuelve aún más urgente.

Hace unos meses, mientras estaba en los Andes peruanos, un amigo me envió una canción.
¡Pero qué estaba oyendo!
¡El piano! ¡El piano!

Levi.sct
Su nombre es Levi Schechtmann, pero en las plataformas musicales se presenta como Levi.sct. Nacido en Hamburgo (Alemania) y con apenas 25 años, hace lo que muy pocos han intentado: fusionar música clásica con beats tan contemporáneos como el hip hop, el trap y la electrónica.

¿Es posible mezclar a Bach o Mozart con bases electrónicas?
Él lo hace. Y lo hace bien. Sorprende con un sonido vibrante, audaz y cargado de talento.

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“Para mí, el hip hop y la música clásica siempre fueron parte de mi vida. La música electrónica era algo que escuchaba después de practicar piano, como una especie de equilibrio. En algún momento —y realmente fue solo cuestión de tiempo— empecé a mezclar ambas cosas. Un día estaba por practicar y aún tenía los auriculares puestos: estaba escuchando Eminem. Normalmente hago ejercicios para calentar, y entonces pensé: ¿por qué no mezclar Chopin con Eminem? Estoy seguro de que al principio sonaba espantoso. ¡Pero la idea estaba ahí! Y ahora estamos acá.” —confiesa Levi en una entrevista para Klassik Radio.

Formado en la Hochschule für Musik und Theater de Hamburgo bajo la tutela de la reconocida Anna Vinnitskaya, Levi creció con una disciplina estricta en el piano clásico. Sin embargo, tomó una decisión poco ortodoxa: romper con la solemnidad del canon y fundir las sonoridades de Bach y Chopin con beats electrónicos.

Su música es minimalista, rítmica y emocionalmente cinematográfica. Toma líneas melódicas clásicas y las inserta en estructuras contemporáneas con beats lo-fi, hip hop o deep house. El piano no es solo un instrumento armónico: se convierte en una máquina rítmica.

Aunque no revela demasiados detalles técnicos, en sus videos y entrevistas se percibe un enfoque híbrido: improvisación sobre bases electrónicas, uso de secuencias rítmicas digitales, construcción melódica en piano acústico y posterior edición digital. Su formación clásica le permite navegar estructuras complejas con soltura, mientras que su oído contemporáneo lo mantiene conectado a la sensibilidad sonora del presente.

Su meta no es provocar, sino liberar la música clásica del elitismo:
“Quiero que ir a un concierto de música clásica sea como ir al cine. Que puedas ir con amigos, tomar algo, reírte y emocionarte. Que no sea una cosa sagrada ni exclusiva.” —revela el joven músico.

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Sus conciertos no se presentan como “recitales”, sino como experiencias inmersivas, en espacios como la Union Chapel en Londres o la Filarmónica de Berlín, donde el público —vestido con zapatillas y hoodies— responde a Bach como si escuchara el último hit.

Tal vez su estilo no sea para todos, pero algo es innegable: su talento.

Para oír más, está en Spotify e Instagram.

La mesa está servida.
Disfrútenlo.

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