PFM | 17.10.2025

Escrito por P.F.M
“Yo declaro, bajo juramento, que apoyaré y defenderé las leyes de mi nación contra todos los enemigos, extranjeros y nacionales; que le tendré verdadera fe y lealtad; que tomaré las armas en nombre de mi país cuando sea necesario.
Que trabajaré por un país próspero, fuerte, armonioso y bello. Ofrezco mi cuerpo y mi mente a la gloria entera de la Patria.”
Así comienza Un Espejo, la obra escrita por la dramaturga británica Sam Holcroft y dirigida por Wendy Vásquez Larraín, que llega por primera vez al Perú tras conquistar Londres y otros escenarios internacionales. Lo que parece un simple juramento patriótico, pronto se revela como un eco perturbador sobre la obediencia, el poder y la manipulación.
El MC —Ministerio de Censura o de Cultura, según quién lo requiera— se encarga de velar que toda obra presentada cumpla con los “lineamientos” del régimen. Desde esa premisa, la línea entre ficción y realidad comienza a disolverse.
¿Qué llamamos ficción y qué, realidad? ¿Dónde empieza una y termina la otra, cuando ambas se construyen a partir de narrativas? ¿De todo lo que vemos, qué tiene un guion y qué no?
En uno de los diálogos más punzantes, Lady, secretaria del Ministerio, lanza la pregunta que nadie se atreve a formular:
—¿Qué poder tienen las historias?
Sánchez le devuelve la mirada. Sereno, responde:
—El suficiente para hacer que un grupo de desconocidos apunte sus armas contra otros.
Un Espejo es una obra metateatral que rompe la cuarta pared y mantiene al espectador en vilo, enfrentándolo consigo mismo. Plantea preguntas urgentes sobre la democracia, la libertad y la verdad, recordando que el arte no solo refleja la sociedad: la cuestiona, la desafía y la transforma.
Para Wendy Vásquez, la obra “propone una dramaturgia que alterna tensión, humor y emoción, invitando al público a mirar de frente lo que sucede cuando la palabra y la historia se convierten en una amenaza para el poder”.
La trama se desarrolla en un Estado represivo, donde la censura se ha convertido en la herramienta de control más eficaz. En medio de ese escenario, un grupo de artistas organiza una boda que, lejos de ser solo una ceremonia, se convierte en una fachada para decir lo prohibido.
El resultado es una puesta en escena que desafía la verdad, los límites del teatro y el propio acto de mirar.
El elenco está conformado por Rodrigo Palacios, Renato Rueda, Daniela Trucíos, Jorge Villanueva, Iván Chávez, Adriano Álamo, Elihu Leyva, Germán Ojeda y José Villalobos.
Un Espejo es, sobre todo, una experiencia teatral que piensa el arte como un acto de resistencia.
Porque, al final, ¿un espejo no es también un cuadro?
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