Marco Mühletaler, director del Festival de Cine de Lima: “Un colectivo al frente de una pantalla en la sala oscura: eso es irrenunciable”

Marco Mühletaler. | © CCPUCP

Entrevista realizada por Diego Arévalo

El 22 Festival de Cine de Lima regresa con una visión renovada en su curaduría, una especial atención al cine regional y un diálogo con los jóvenes para que no se les ocurra ver algunos clásicos del cine a través del celular. Conversamos con Marco Mühletaler, director del festival, sobre algunas coordenadas de esta edición y de por qué valora más el trabajo colectivo por encima del individuo.

Antes de empezar con el festival, el inusual reestreno de Isla de perros en la Sala Azul fue una agradable sorpresa.
Nosotros vimos que la película no estuvo por acá y sabíamos que nuestro público iba a amarla. Fue un momento bien especial. Y ponerla a las 10 de la noche era también un statement, es decir, detrás había una determinada intención. Dijimos que queríamos volver a recuperar un poco ese espíritu de noche, de cine y noche. Además, nosotros estamos repensándonos algunas maneras de gestionar y programar la sala. Es un ejercicio que hay que hacer permanentemente para atraer públicos nuevos. En esta oportunidad, vimos una película que nos llamaba mucho la atención y que había tenido un recorrido muy limitado.

El cine peruano hecho en regiones pisa fuerte en el 22 FCL. ¿La presencia de un director artístico, que es algo nuevo en esta edición, tiene algo que ver?
Sí, se ha reforzado la presencia de Perú en el festival. Tiene que ver con la mirada de Josué Méndez, que es un director peruano. Es interesante cómo los festivales van creciendo y desarrollándose a partir de la mirada artística y curatorial de quien está enfrente del contenido. En un primer momento, nos habló de dos cosas que nos gustó mucho como comité. Josué habló de la importancia de que el festival sea una plataforma del cine peruano, no solo para los cientos de invitados que vienen desde afuera, sino también para nosotros mismos. Esto Josué lo tenía muy claro desde el principio y pienso que es un gran acierto. El público ya está recibiendo eso porque nos preguntan mucho sobre esta sección, la muestra Tierra en trance, un espacio dedicado únicamente del cine hecho en regiones. También sigue presente la sección Hecho en Perú, claro.

El segundo punto en el que Josué incidió mucho fue que el festival debía darles un poquito a todos. Y ahí fue donde surgió la sección Búsquedas, por ejemplo, una sección más para cinéfilos. Ese cinéfilo que nos decía que “son muy mainstream”, bueno, va a encontrar algo diferente en Búsquedas. Películas con una impronta más de autor, más elaborado, más exigente.

¿Cómo te decides por Josué como director artístico?
Fue una conversación larga con Alicia Morales, la anterior directora del festival. Le comentaba que necesitaba la participación de alguien que me apoye con la mirada curatorial. Una de las cosas más valiosas es saber cuáles son tus limitaciones, dónde eres fuerte y dónde no. Y yo, a pesar de que veo mucho cine, no soy un especialista en cine. Y es mucho más rico cuando hay un diálogo, en lugar de una única mirada. Había varios nombres, pero el de Josué era el que surgía todo el tiempo. Josué tiene una mirada firme y clara, pero rescatando lo mejor de cada cosa todo el tiempo, que es algo que tenemos que hacer como festival. El trabajo ha sido muy placentero con él. Josué tiene una mirada muy interesante no solo del cine latinoamericano e internacional, sino del cine nacional. Es un director peruano y sabe mucho del tema. Me interesa que eso esté puesto en relevancia.

También hay una intención por dialogar con un público más juvenil.
Así es. Lo que te comenté sobre Isla de Perros: ese espíritu del cine como ritual es lo que también estamos buscando para este festival. Volver a generar al cine como un evento. Más de una simple salida, un evento propiamente de trasnoche. Hay mucho público joven que está interesado en ver clásicos del cine si se presentan de esa manera. Para el festival seguimos presentando películas de Bergman, por ejemplo. Durante el ciclo que le dedicamos en julio en la Sala Azul de la PUCP tenías una proporción muy bonita entre un público joven y adulto. Para este festival, tenemos el ciclo 50 años no son nada. De trasnoche. Entre 11 y 11:40 pm vamos a ver clásicos como Odisea del Espacio: 2001 o El bebé de Rosmery. Pero esto no es nuevo. Hemos recuperado lo que existía. Nuestro público está muy abierto a ver películas hasta muy tarde. Hemos tenido que convencer a nuestros proyeccionistas para que se queden hasta las dos de la mañana. Sabemos que esta decisión ya ha conectado con el público joven.

Eres un hombre de teatro, ¿qué es lo más valioso que has aprendido de este campo y cómo te ayuda a tomar las riendas de tu nuevo cargo?
Sí, tengo un pie en la gestión cultural y otro en la creación. Lo que me ha enseñado mucho las artes escénicas y el teatro, más allá de la Maestría en Gestión, es a trabajar en equipo. Porque las artes escénicas son obligatoriamente un arte colectivo donde importa el conjunto y no la persona. Uno como director de una obra de teatro convoca a un grupo de actores para que ayuden a contar una historia. Y ellos te dan esa mano a partir de sus propias historias. Lo mismo pasa cuando trabajas con equipos grandes, cuando toca liderar un proyecto tan grande como este festival. Y eso es lo que le agradezco mucho al mundo de las artes escénicas, el valor del trabajo colectivo por encima del individuo.

¿Y qué tal la experiencia de estar a cargo del festival por primera vez?
Es aterrador. Es muy grande. Pero hay que volver a la raíz. Hay que volver a la semilla: ¿por qué uno hace esto? Cuando estoy nervioso siempre me lo recuerdo: Uno hace esto para el público. Estoy convencido de que la cultura y el arte son vehículos transformadores, sanadores no solamente individualmente sino colectivamente.

Claro que sí. ¿Y qué es lo que más disfrutas del cine?
Lo que más disfruto es saber que el cine es un espacio de comunión. Mira, nosotros somos animales. Y los animales van juntos. Queremos estar juntos. Un colectivo al frente de una pantalla en la sala oscura: eso es irrenunciable. Lo que más nos gusta como festival es propiciar espacios de comunión frente al cine.

+ info: www.festivaldelima.com

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