Rómulo Reaño | 01.03.2025

Escrito por Romulo Reaño
Sería injusto reclamarles a ustedes y decirles: “En el Perú, le debemos unas disculpas a Wendy Sulca”. Porque si yo les voy a exponer 3 razones por la que ella tiene todo para aperuanar el mundo - si es que ya no lo está haciendo - es porque por un tiempo viví con su manager, Gustavo de la Torre, alias “Lobo Gris”, también manager de artistas como Naysha, Ginola, Samanez, Mr. Pucho, Choque MC, De la Kaye, La Kausa, Nero Lvigi, y más.
Así, he visto el detrás de la carrera de Wendy sin quererlo, sin que haya sido mi decisión, esto hizo que el meme de mi cabeza, donde sale ella de niña vestida con un traje típico de la región andina y el texto de cabeza, “Cerveza, cerveza, quiero tomar cerveza”, se fuera derritiendo para emerger, como de alguna laguna en las zonas altas del Perú, una musa cuyo talento se basa en seguir avanzando a pesar de los golpes y el bullying internacional hasta consolidarse en la artista que es hoy.
Wendy Sulca abrió el camino de otras artistas
Seamos sinceros, si nos alejamos y vemos la pintura completa, la vida de Wendy Sulca, a nivel teórico vendría a encajar en “El viaje del héroe” de Joseph Campbell. Un camino donde enfrenta una serie de desafíos, como la muerte de su padre, el machismo en la industria folklórica a su corta edad, y más pasajes de vida dibujados como montañas, que logra escalar, avanzar y triunfar al final de cada sendero que ella misma se traza.
Sumemos a eso, que Wendy Sulca es de esas artistas que se es fiel y en esa combinación, entre la fidelidad a sus principios y escuchar lo que dice su corazón, ha abierto el camino de otras artistas como Naysha, Milena Wharton, Renata Flores, y más. Un conjunto de mujeres con la seguridad de que hay un espacio para los sonidos andinos mezclados con otros géneros dependiendo de la propuesta propia de cada artista.
En pocas palabras, Wendy Sulca, se arriesgó a comprobar una hipótesis cuando nadie se atrevía: que los sonidos andinos podían tener la popularidad de otros géneros y que en su combinación con otros existiría una propuesta creativa y comercial no explorada.
Cuando tuve la oportunidad de entrevistarla hace unos meses, me di cuenta que el camino que ella ha abierto ha sido con sus manos y no con herramientas que el dinero puede comprar, lo cual lo vuelve aún más épico. ¿Lo mejor de todo? Es que extiende sus manos, en vez de cerrar fronteras teniendo consciencia de lo que se realiza en industrias vecinas como la argentina o la colombiana buscando colaboraciones constantemente.

© Martín Pauca
Es amada más afuera que en su propio país: la paradoja de Wendy Sulca.
Bien dice la frase que nadie es profeta en su propia tierra. Recuerdo que Gustavo, su manager, me mostraba videos de los conciertos de Wendy en México y en Chile, cuando la invitaban a ser parte de algún evento, me parecía increíble cómo es que cantaban sus canciones, de manera multitudinaria y al pie de la letra, como quien repite sus canciones en Spotify las veces que sean necesarias para aprenderse hasta las pausas. Me parecía aún más inverosímil que no sea una noticia transmitida en los noticieros. La lista de preguntas que emergía en mi cabeza acrecentó con cada viaje que mi amigo hacía y regresaba con alguna nueva historia: ¿será que apreciamos más el talento extranjero? ¿sufrimos de una alienación crónica? ¿nos hemos quedado con el meme? ¿o realmente sí sabemos que Wendy triunfa, pero priorizamos la cultura de la burla por los lols? Es increíble como la capacidad de redención no se considera en el territorio nacional y elevamos a ídolos de barro que responden a algoritmos por encima de personas con sustancia como lo es Wendy Sulca.
Ahora podrás decir: “porque les guste a personas en el extranjero no es motivo para que me guste a mí”. Y tienes toda la razón. Igual ese no es el punto, el génesis del debate es con qué nos estamos acostumbrando a quedarnos del artista, desde mi punto de vista, en los últimos años nos estamos enfocando con la espectacularización de la vida más que en el arte, y eso trae consigo priorizar detalles que no necesariamente son artísticos. En el caso de Wendy, la forma en la que la aprecian es tan pura porque esto último no tiene un peso en su carrera.
La voz de los que no tienen voz.
En el colegio donde estudiaba había un profesor que siempre nos repetía la misma frase hasta el cansancio: “hay que ser voz de los que no tienen voz”. Nunca vi un ejemplo tan fuerte como lo es el de Wendy.
Por los años, sin quererlo ha sido ese error en la estadística con el que muchos se identifican, pero no solo eso, sino que esa falla telúrica en el arte ha sido abrazada por grupos minoritarios o silenciados, desde los que se establecen en relación a la cosmovisión andina hasta diversos grupos de la comunidad LGBTIQ+ siendo acogida como una hija apátrida. Como lo menciono en el punto anterior, ella ama al Perú, pero el Perú aún no en su totalidad, y es ahí donde conecta en una hermandad con esos grupos que solo ven la espalda de un país al que pertenecen.
Es por eso que postulo estos 3 puntos, que Wendy Sulca puede y está aperuanando el mundo, respetando sus raíces para mezclarlas con lo demás, siendo auténtica a sus instintos, teniendo el respeto de sus pares sin subirse a la ola fácil del vedetismo de su vida personal. Siendo aquella voz que canta su propio sueño en cada canción y que funge de reflejo para aquellos que lo están persiguiendo.
Añadir nuevo comentario