¿Y si la realidad donde vivimos fuera un mundo holográfico? La teoría del “universo holográfico” nace en el campo de estudios de la física cuántica. La palabra “holografía” procede del griego “holos” (“en totalidad”) y “graphein” (“escribir”). Esta teoría toma como hipótesis que nuestro universo sería un tipo de holograma muy complejo, proyectado en la piel de otro universo como en una pantalla en tres dimensiones. En este mundo holográfico, veríamos y sentiríamos las cosas que nos rodean, sin embargo esto sería una interpretación de nuestro cerebro. El mundo supuestamente exterior sería al final interior, nuestro cerebro estaría “engañado” por la realidad física, este crearía o reconstruiría la imagen de lo que nos rodea generando en nosotros la impresión de su materialidad.
En este universo holográfico, los seres vivos, la Tierra y los otros cuerpos celestes, sólo serían una serie de información descifrada por nuestros sentidos, presentes materialmente; y la luz sería el principal componente, dibujando los contornos y definiendo los límites de lo visible.