Castro Cobos. El crítico de cine que hizo su película

Castro Cobos presenta su primer largo, 'Cuaderno de notas'. | © Luis Miranda

Lo primero que leí de Castro Cobos fueron sus comentarios sobre las películas de Bruno Dumont. El cineasta francés me había impactado como solo lo hacen aquellas obras que nos cambian para siempre y, después de un largo paseo en solitario, me dirigí inmediatamente allí donde todos buscamos respuestas rápidas a nuestras interrogaciones: la cajita de Google. Ahí coloqué: “Bruno Dumont crítica peruana” y me arrojó al blog de La cinefilia no es patriota, que ya estaba en desuso. Allí estaban comentadas todas sus películas hasta Flandes (2006), firmadas por el crítico en cuestión.

No solo me gustó lo que decía, sino el estilo con el que lo decía. Su voz áspera, dura, sentenciosa, acompañada siempre por un humor negro corrosivo, describía el cine del gran realizador francés con un quehacer más literario que crítico, y sus reflexiones parecían surgir desde el interior de la película y confundirse con ella. Era una forma de aproximarse al cine que me resultó de lo más interesante.   

Es cierto que Castro Cobos ha escrito sobre Herzog, Nuri Bilge Ceylan, Kiarostami, Iván Zulueta, Cronenberg, Pasolini, Buñuel, Chantal Akerman y acerca de muchos otros realizadores que ni tú ni yo hemos oído jamás, pero se resiste a ser encasillado como crítico. Lamentablemente para él, hace tiempo ya se hizo esa fama. Y de crítico “pesado”, además.

Sin embargo, para mí Castro Cobos es el amigo cinéfilo que siempre tiene una película que no conocías bajo la manga. Película que terminarás adorando u odiando, pero que ha sido arrebatada por un instante del inframundo del cine, de un lugar similar al río Aqueronte, allí donde circulan las películas condenadas por el espectador promedio, y al que no te hubieras asomado nunca a no ser que pertenezcas a esa tribu extraña, compuesta de gente solitaria e insomne, amantes de las salas oscuras, recurrentes del pasaje 18 y de las descargas online, que tienen como alimento primordial los 24 fotogramas por segundo.  

Ahora le ha llegado su turno. Cuaderno de notas (2018) es su primer largo. Se va a presentar en el IX Festival de Cine Al Este de Lima (lunes 28 mayo, 7pm, Cine Olaya; martes 29 mayo, 7pm, Auditorio MALI; lunes 4 junio, 8:30pm, Sala A. Robles Godoy - Ministerio de Cultura) y conversamos con él al respecto. No hay que olvidar que Castro Cobos ha dejado bien en claro lo que le gusta y lo que no le gusta del cine nacional ya que no tiene pelos en la lengua. Ahora los papeles están invertidos.

¿Qué percepciones te deja esta nueva aventura tomando en cuenta tu posición de crítico y promotor del cine en nuestro país?
Es un cambio que necesitaba. De varias maneras, ya no soy el mismo. He hecho la película que quería. Con nada. Con una cámara casi de juguete.

La película está compuesta de observaciones y experiencias de un “peatón anónimo” durante diferentes excursiones callejeras. ¿Por qué has elegido esta forma de hacer cine?
Porque soy yo… Porque el azar y el misterio dominan todo... Soy el burrito Balthazar de Bresson. En las calles de Lima. O soy, un poco, el Robert Walser de El paseo… Según Welles, un director de cine preside accidentes. Kiarostami confiesa que hay momentos en todos sus films que no han sido hechos por él. Herzog fue muy claro, en una master class gratuita que dio en Lima, al decir que él tiene una visión, que ve lo que los otros no ven.  Y que ha tenido el coraje de lanzarse a hacer. Nada lo detuvo.

Cuaderno de notas está hecha por bloques. Son “pedazos de realidad” largos, en bruto, interrumpidos por un corte que determinan el inicio y el fin de cada secuencia. Como si cada corte fuese un punto aparte. ¿A qué se debe este montaje?  
No son tan largos. Lo que pasa es que eres algo impaciente y te gusta el montaje más picado… Pero mis planos secuencia muestran detalles, fragmentan, van y vienen, hay micro totalidades para sentir… Grabé planos de duraciones para todos los gustos. Desde uno de 4 minutos (la película puede verse también entre otras maneras como una serie de cortos) hasta varios de pocos segundos…
¿Qué puedo decirte? Me gusta Vertov, me gusta Brakhage, me gusta Mekas, me gusta Bresson, me gusta Tarkovski, Vigo, Raúl Ruiz, Benning, Marker, Van der Keuken, Kramer. Godard…  Pienso, como Ruiz, que lo máximo a lo que puedes aspirar en cine es a un modelo o sensación de una mente funcionando... La discontinuidad, o si gustas, una especie de montaje de choque, en esta película, ha sido una fuente de placer. El cine piensa, y la película es como 75 minutos de mi propia mente… Bresson menciona una torpeza superior que está por encima de la ‘habilidad’. Nunca me sentí tan contento de ser tan torpe. ‘Amateur’. Y así me quedo. ¡Estoy más vivo!

La película dura 75 minutos. ¿Cuánto tiempo estuviste filmando y cuántas horas de material fueron en total?
Entre octubre de 2015 y hace algunas semanas grabé unas 7 horas, lo que anda bastante por debajo del standard.

Uno de los detalles con los que más conecté como espectador fue lo tremendamente extraña que la realidad a veces resulta. En las calles, todos los días suceden miles de cosas, basta con prestarle atención a una de ellas para descubrir algo. Tiene que ver con la sensibilidad de cada uno. ¿Te consideras un flaneur?
Tanto que uno de mis proyectos es una novela o un texto sobre este tema. Mientras tanto; esta película. O también: esta película es el texto o el libro que no escribiré… o que ya escribí. 

Te comenté que los espectadores debían estar advertidos sobre la película. Que si iban con las expectativas de algo, de historias o de grandes producciones, iban a salir huyendo de la sala. ¿Qué les dirías a aquellas personas que sientan curiosidad o que se topen por casualidad con Cuaderno de notas?
¿Qué es una película? ¿Alguien lo sabe? ¿Y el arte, qué será? ¿Y la vida? ¿Y uno mismo, siendo amables y suponiendo que el ‘yo’ existe? ¿Crees que eres más que las imágenes que verás? ¿Y qué tal si las imágenes son más que tú? ¿Y qué tal si estás hecho ‘a imagen o semejanza’ de…? Cosas así... Y ahora, hablando en serio, esta película es más graciosa que ¡Asu mare! No dudo ni por un segundo que me hará inmensamente rico y famoso. Acuérdate de mí.

También te comenté acerca de lo que dijo el creador de Mad Men, Matthew Weiner, sobre la primera película que hizo: “De esa película no se va a acordar nadie, pero hizo que volviera a creer en mí mismo. Me hizo una mejor persona”. Te gustó este comentario, cuéntanos por qué.  
Si no se da un proceso de descubrimiento de ti mismo no sé para qué harías una película. Si genero algún proceso de descubrimiento análogo en otros sería extraordinario.

¿Cuáles han sido los referentes artísticos que has manejado para la realización de Cuaderno de notas?
Ya te los mencioné. Los he sentido en las calles de Lima… He pensado en ellos, espero ser digno de ellos… Lo intenté… Me dirás que suena a demasiado, pero prefiero demasiado a muy poco. En un universo alterno, estaré pendiente de que estos grandes hombres del cine se comuniquen conmigo y me digan si mi película merece la muerte, o una larga y alegre vida.

Recomiéndanos alguna película. Me comentaste acerca de una artista que hacía fotografías a niños en secreto y cuyo trabajo fue descubierto, mucho después de su muerte, en un almacén por un coleccionista. Cuéntanos por qué te gustó tanto y cómo se conecta con tu película.
La regla del juego, de Jean Renoir, a quien debí nombrar antes entre mis favoritos, pero que nombro ahora… Renoir te muestra las contradicciones que te acercan más a la verdad… He tratado de seguirlo en eso. La película por la que preguntas es Finding Vivian Maier (2013). No lo hacía exactamente en secreto y no fotografiaba solo a niños. Luego de muerta alguien, en un remate, encontró cajones llenos de tesoros… Me sentí un poco como ella, nadie, mirando todo, nadie, percibiendo mucho. Me gusta mucho que la imagen lo sea todo. ¿Cómo es que tantos ‘que hacen cine’ no se ‘pegan’ con la imagen? No los entiendo. Me gusta que la imagen sea más que la historia. Más historia que la historia. Recordemos a Benjamin: “La historia se descompone en imágenes, no en historias”.

Para terminar, el Cine Club de la Cayetano Heredia que codirigías junto a César Guerra siempre tenía propuestas interesantes de cine alternativo. ¿Regresará o no? Cómo la ves.
Hay conversaciones. Esperamos buenas noticias para este año.

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