Redacción | 04.12.2017
Entrevista realizada por Federico Cisneros
Su voz todavía era un misterio, pero su nombre ya se había vuelto una leyenda. Recuerdo haberlo leído muchas veces. Lo encontraba escrito entre posters y agendas culturales repartidas por los muros de microcines, restaurantes vegetarianos y viejos cafés de la ciudad de Cusco, cuando vivía allá y caminaba solo por las calles pedregosas de Choquechaca y Marqués. Siete años después, de viaje por el pueblo de Urubamba, nuestra querida amiga Erika nos presentó en el Café El Pisonay, un espacio artístico al lado del Centro Cultural El ArteSano. Conectamos rápidamente y nos hicimos amigos. Ahora, cada vez que vuelvo a saber de él, recuerdo la luz de su mirada y los primeros encuentros de aquellos días urubambinos.
Nino Mirones (1966, Huancayo, Perú), conocido como El Caminante de los Andes, viene dedicándose gran parte de su vida al maravilloso universo del arte. Entre otras cosas, Nino es actor, cuentacuentos, músico, docente, viajero y guardián de la palabra. Inspirado por la magia de los relatos y las aventuras viajeras, este año se lanzó de vuelta a navegar por tierras argentinas. Acompañado de su charango, su quena y su zampoña, llegó invitado a participar de diversos Festivales de Narración Oral.
Con ese pretexto lo buscamos para hablar sobre este nuevo tiempo de su vida, recordar los días inolvidables en el Valle Sagrado y saber sobre sus más recientes apariciones en los escenarios de la vida, rodeado de amigos, de naturaleza, de cuentos, sonidos y palabras mágicas que mantienen siempre encendida su conexión con el espíritu, con la sabiduría del corazón y las memorias ancestrales de los pueblos.
Nino, cuéntanos sobre tu reciente vida en Urubamba. ¿Cómo te animaste a ir por allá y cuánto tiempo estuviste radicando en Cusco?
Urubamba, el Valle Sagrado y el Cusco en general es uno de mis lugares predilectos en el mundo. Viví en la ciudad de Cusco 17 años, dedicado siempre al teatro y a la narración oral como artista y como profesor. Y entre ellas compartí la vida en el Valle Sagrado, primero en Lamay, donde trabajé en un hogar de niños huérfanos. Luego en Pisac y posteriormente en Urubamba. Voy por periodos y siempre ligado al trabajo escénico con niños, en talleres de teatro y narración oral.
Y sobre este último año allá, ¿a qué proyectos o actividades te has estado dedicando?
Volví de Argentina donde viví un poco más de dos años, a finales del mes de mayo de 2016, y me quedé hasta marzo de este año, dedicado y promoviendo la actividad cultural en el Valle. Trabajé en un proyecto con niños de una escuela en Yanahuara y en Urubamba. Y en El ArteSano, que es un Centro Cultural y Escuela de Idiomas de Urubamba, promovimos con el gran Beto Martinez y Erika Barreto un café, para darle vida a La Bitácora, un espacio de cuentería, donde todos los jueves nos reunimos a contar cuentos y a hacer tertulias.
Desde tu mirada de artista viajero, ¿cómo percibes el movimiento cultural en el Valle Sagrado?
Es muy lento pero, al mismo tiempo, muy interesante. Por ello trabajo más con los niños y jóvenes del lugar, pues ellos son los futuros artistas y el nuevo público. El tema es que todo está dirigido hacia el turismo y las autoridades locales no saben y no conocen mucho sobre Cultura Viva. No lo tienen registrado y el área de cultura de la Municipalidad está en la oficina de Desarrollo Social, que ve el tema turístico y de deportes, todo junto. Aún así, hay esfuerzos aislados e intentos de poder hacer algo más desde esas instancias gubernamentales. Pero independientemente, en el Valle Sagrado todo está por hacerse y se hace. Eso es lo bueno. Llega mucha gente de todas partes y se van haciendo cosas. Hay Festivales de Música, de Medicina, Encuentros de Teatro… También está el Festival de Narración Oral que apoya el ArteSano con Erika, desde hace ya varios años. En fin, como decía: lento pero seguro.
Antes de venir a Argentina en esta oportunidad, ya venías de viajar mucho en los últimos años. ¿Nos podrías contar un poco sobre esos viajes, Festivales y Encuentros de Narradores en los que has estado participando y los lugares que más te han encantado?
Vengo viajando seguido desde hace ya varios años por nuestra América Latina de norte a sur. El movimiento de la narración oral en esta parte del mundo ha crecido mucho, hay festivales y encuentros bastante buenos y ello permite que uno se reafirme en su vocación. Nos vamos conociendo y se forma una familia cuentera con la que compartimos y aprendemos mucho. Compartimos nuestra labor, visitando escuelas, salas, bibliotecas en los diferentes pueblos de nuestra América. No podría decirte qué lugar me ha encantado más que otro, pues cada uno es diferente y mágico al mismo tiempo. No hay un solo festival que sea igual a otro, así como no hay cuento ni cuentero igual a otro. Somos diferentes y eso es lo hermoso porque en lo diverso nos unimos y nos une una misma pasión: preservar este viejo oficio. Anécdotas sí, hay muchas.
¿Cuáles son tus cuentos favoritos, o qué tipo de narraciones son las que más disfrutas?
Soy un narrador que disfruta mucho de contar cuentos populares porque, además de divertirnos, encierran una memoria de cada pueblo, conservando sus ritos, sus dioses, sus misterios y sus sabidurías. Me gusta contar para los niños y los adultos. Y como sabes, me gusta hacer música con instrumentos andinos en mis espectáculos. ¿Y qué cuentos me gusta escuchar...? Disfruto de mis colegas, cada uno con su magia.
¿Qué narrador o cuentacuentos del mundo, que hayas conocido, nos recomendarías escuchar, y por qué?
Hay narradores y narradores; y me refiero a todos, hombres y mujeres, colegas y hermanos de la palabra. No podría decirte uno que me gusta porque me gustan muchos. Unos porque son excelentes narradores para niños y otros, excelentes narradores de la literatura y otros porque son creativos y así. Si tendría que recomendar a uno te recomiendo a todos y a mí también, por supuesto.
¿Cómo surgió la idea de este nuevo viaje por Argentina? ¿Qué nos podrías compartir sobre lo que has estado haciendo recientemente, en Mendoza, en Rosario, en Buenos Aires y en La Plata?
Vine invitado por segundo año consecutivo al 15 Encuentro de Narradores por la Municipalidad de Godoy Cruz de Mendoza, aquí en la Argentina. Luego pasé por Rosario y Buenos Aires haciendo algunas funciones y talleres gracias a los hermanos y colegas narradores. Estuve también en La Plata en el VII Festival de Tradición Oral. Luego, en forma independiente, estuve viajando por el sur en Viedma, compartiendo funciones y talleres. Y hace poco en Córdoba, estuve participando del Festival Internacional de Contadores de Historias Narrapalabra.
¿Cómo has encontrado el movimiento artístico y cultural por estas regiones y ciudades?
Visito Argentina bastante seguido y veo que hay un gran movimiento desde hace ya varios años. Se ve en el público cuando visitamos las escuelas y los espacios culturales, donde ya nos esperan con ganas de escucharnos. Pero este último año, con el nuevo gobierno, hubo problemas de financiamiento y algunos festivales tuvieron que reinventarse. Aún así, se continúa haciendo porque se ha generado una tradición de escuchar y contar.
¿Cuáles son tus próximos planes?
Estoy ahora en Córdoba, otro de mis lugares favoritos. Me quedo hasta finales de año. Mientras tanto, vengo presentándome en algunos centros culturales, visitando escuelas y viajando a otras provincias. Pronto voy a Salta y hacia fines de año a La Plata otra vez. Luego volveré al Perú e iré directamente a mi tierra que me vio nacer, Huancayo. En febrero, visitaré México. Y de ahí veremos hacia dónde me llevan los caminos. Sólo puedo decir que soy feliz y agradecido a la vida por ser un cuentacuentos, un caminante y un difusor de nuestra memoria oral.
CONOCE MÁS SOBRE LA TRAYECTORIA DE NINO MIRONES:
www.cuentacuentos.eu/narradores/miembros/peru/NinoMirones.htm
www.alternativateatral.com/persona142539-nino-mirones
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www.artesanosdelespacio.blogspot.com.ar
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