Invitadxs EnLima | 11.08.2025

Escrito por Paloma Pulisci
Hay películas que se dejan ver, y otras que se quedan mirándonos mucho después de que terminan. La misteriosa mirada del flamenco es, para Paloma, una de esas raras obras que parecen abrir un portal íntimo: un encuentro entre tradición y modernidad, entre el gesto mínimo y la intensidad desbordada del arte. Es el misterio de una mirada que traspasa la pantalla y nos recuerda que hay formas de belleza que no aceptan ser domesticadas. Por eso, esta no es una reseña más, sino una entrega especial para una película para nuestra colaboradora es su favorita del 29 Festival de Cine de Lima.
La Misteriosa Mirada del Flamenco
Dirección: Diego Céspedes | Duración: 104 min | País: Chile, Francia, Alemania | Año: 2025
Competencia Latinoamericana Ficción
Dicen que hay miradas que enamoran… y que condenan. Que bastan unos segundos para caer bajo un embrujo del que nadie regresa igual.
En 1984, en un pueblo minero del desierto chileno, Lidia, una adolescente de 12 años criada en la fortaleza queer de su familia, crece entre los brillos de Alaska House y la amenaza constante de la violencia de quienes orbitan a su alrededor. Afuera, corre un rumor inquietante: basta con que cualquiera de la casa de mamá Boa te mire para quedar “contagiado”. Lo que no saben es que la verdadera peste es el amor, y no tiene cura.
En esta ópera prima de Céspedes —un western moderno—, el relato oscila entre lo onírico y lo fatalista, entre el brillo de un show y la sombra del prejuicio. La Misteriosa Mirada del Flamenco habla del derecho a ser amadx en un mundo hostil, donde la identidad se forja entre la ternura y la violencia, y donde el deseo puede ser tanto refugio como amenaza.
Pero la historia de Lidia también es una búsqueda: la de la venganza contra quienes han marcado a los suyos y la de su propia identidad. Así, se convierte en heredera de dos mundos: la resistencia feroz de su familia y la ternura inesperada que encuentra en otro adolescente, compañero en este viaje hacia una forma distinta de cuidado. En ese camino descubre que hay amores que protegen… y otros que destruyen.
Ser apestado no es solo cargar con un estigma: es pagar el precio de haber amado en secreto, sin libertad. En este mito convertido en cine, la mirada no es un simple gesto: es un hechizo que desarma y condena, que desnuda intenciones, revela sentimientos y abre la puerta hacia el alma… incluso cuando ser visto signifique arriesgarlo todo.
Para conocer toda la programación y comprar entradas ingresa aquí: Festival de Cine de Lima.
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