Sebastián Zavala Kahn | 20.01.2016
Nota: este artículo contiene una buena cantidad de spoilers, por lo que no recomiendo leerlo si todavía no han visto Star Wars, Episodio VII - El Despertar de la Fuerza en cines. Advertidos están.
Es posible declarar a George Lucas como uno de los cineastas más infravalorados de la historia del cine norteamericano. No, no estoy diciendo que se trata de un excelente director. De hecho, como las precuelas de Star Wars probaron, tiene diversos problemas a la hora de dirigir actores o escribir diálogos decentes. Mi punto es que Lucas ha sido un pionero de la tecnología cinematográfica desde hace años y que, por mucho que los fanáticos se dediquen a insultarlo o a estar ofendidos por su visión de los Episodios 1, 2 y 3 de su saga galáctica, a final de cuentas su creatividad fue parte importante de muchas de nuestras infancias.
Es gracias a Lucas que se llevaron a cabo grandes innovaciones en el campo de los efectos especiales (las cámaras con control de movimiento y la composición óptica avanzada durante la creación de las películas originales de Star Wars; los actores digitales durante la época de las precuelas). Es gracias a él que tenemos a Industrial Light and Magic, una de las más prestigiosas casas de efectos en la actualidad. Es gracias a él que se popularizó la edición digital no lineal. Es gracias a él que existe Pixar, y es gracias a él (en parte) que ahora se filma tanto con cámaras digitales (Star Wars Episodio II - El Ataque de los Clones fue el primer largometraje en grabarse en digital). Y hay mucho más que se podría mencionar.
Pero debido al rechazo hacia Lucas que se ha desarrollado en la última década, no debió sorprender a nadie que la mayor parte de los fanáticos de Star Wars celebraran el anuncio de que él ya no se encargaría de las nuevas películas de la saga. No voy a decir que las precuelas son películas grandiosas, pero sí opino que son mucho mejores de lo que la gente cree (al menos los Episodios 2 y 3). La Amenaza Fantasma sí merece la mayor parte del odio que la gente le tiene (especialmente por Jar Jar Binks y el Anakin Skywalker de Jake Lloyd). La Venganza de los Sith, en particular, me parece incluso mejor que la “clásica” El Retorno del Jedi (lo siento, no soporto a los Ewoks). Es oscura, visualmente impresionante, está mejor actuada que las dos cintas anteriores, y definitivamente es una de las entregas más emotivas de la saga.
Pero estoy comenzando a divagar. La historia cuenta que, cuando Lucas le vendió Lucasfilm a Disney (lo cual incluía los derechos tanto de Star Wars como de Indiana Jones), también les entregó unos resúmenes de lo que podrían ser los Episodios VII, VIII y IX. De hecho, dichos documentos fueron desarrollados por Lucas y Michael Arndt (Toy Story 3), el último todavía recibiendo crédito para el guión de El Despertar de la Fuerza. El problema es que Disney jamás llegó a utilizar estas ideas. De hecho, a pesar de que Arndt se pasó varios meses desarrollando el guión de lo que vendría a ser el Episodio VII, finalmente fue despedido y reemplazado por Lawrence Kasdan (guionista de El Imperio Contraataca, El Retorno del Jedi e Indiana Jones y el Arca Perdida) y por J.J. Abrams, director de la película.
J.J. Abrams es el director del último episodio de Star Wars, El Despertar de la Fuerza. / Foto: Web
¿Por qué no fueron usadas estas ideas? Aparentemente los protagonistas de la historia desarrollada por Lucas y Arndt eran adolescentes, y Disney no quería repetir los mismos errores cometidos por las precuelas (aparentemente estaban preocupados de que tener un protagonista joven traería memorias de La Amenaza Fantasma). Por otra parte, uno también puede asumir que, teniendo ahora un total control de la franquicia, querían separarse totalmente de Lucas y sus ideas… Lo cual, supongo, es comprensible.
Después del estreno de El Despertar de la Fuerza, Lucas declaró que, a pesar de que disfrutó de la película, sintió que era demasiado “retro”, y que él hubiese desarrollado algo mucho más novedoso, con naves, planetas y más alienígenas nuevos. Y aunque muchos podemos admitir que Lucas no hizo un trabajo ideal con las precuelas, tampoco podemos negar que son algunas de las películas más creativas y visualmente impresionantes (aunque por momentos fallidas, especialmente gracias a algunas tomas digitales excesivamente sintéticas) de los últimos años. La Amenaza Fantasma, en particular, a pesar de ser extremadamente floja a nivel narrativo y de caracterización de personajes, logró presentarnos una serie de nuevos planetas (Naboo, Coruscant), aliens (los Gungans, los monstruos acuáticos, Darth Maul) y naves (los Naboo Fighters, las naves de las Federación de comercio, los droides de batalla) realmente fascinantes.
¿El Despertar de la Fuerza? Según lo que han declarado a los medios tanto Abrams y Kasdan como Kathleen Kennedy (la ahora presidenta de Lucasfilm), el filme se limita a homenajear a la trilogía original: tenemos X-Wings, naves TIE y Star Destroyers ligeramente diferentes a los originales, una súper arma muy similar a la Estrella de la Muerte (pero más grande), y personajes clásicos con vestuarios muy familiares. Los pocos diseños nuevos que son introducidos no son particularmente memorables: el speeder de Rey parece un USB, la nave de transporte de la Resistencia es aburridísima, y la nave de carga de Han y Chewie no es más que un ‘cuboide’.
El diseño de las naves de El Despertar de la Fuerza emula a los de la trilogía original realizada por George Lucas. / Foto: Difusión
A pesar de este déficit de originalidad, me encantó El Despertar de la Fuerza (tanto así que la incluí en mi lista de mejores películas de 2015). Me parece que logra traer de vuelta el mismo feeling de la trilogía original, homenajeando tanto a Una Nueva Esperanza como El Imperio Contraataca, pero también logrando introducir nuevos personajes muy interesantes. Sin embargo, aquellos que argumentan que no es más que un remake del Episodio IV, no están del todo equivocados. OK, decir que es un remake es una exageración, pero tampoco podemos negar que Abrams se fue a la segura, presentando una narrativa muy parecida a lo que vimos en los Episodios 4 y 6, e innovando poco visualmente, más bien regalándonos diseños y situaciones que nos hicieron recordar a las películas clásicas.
Por otro lado, la banda sonora del gran John Williams (la cual acaba de ser nominada al Óscar de este año) se parece mucho a la película en general, en que logra combinar, con cierto éxito, lo nuevo (temas para personajes como Rey o Kylo Ren) con lo viejo (el Tema de la Fuerza, los temas de Leia y Han). Sin embargo, hay una diferencia muy grande entre lo que hizo Abrams y lo que ha hecho Williams: la música se concentra más en lo nuevo, dándole más cabida, por ejemplo, al Tema de Rey (la mejor pieza nueva) o a la Marcha de la Resistencia que los temas clásicos que todos conocemos. Es cierto que se trata del soundtrack más flojo de la saga hasta ahora (básicamente porque, a excepción de un par de tracks como el anteriormente mencionado Tema de Rey, o la emotiva Jedi Steps), pero al menos no se siente como una repetición de lo que vimos en filmes anteriores.
Todo esto fue hecho a propósito, claro está. El objetivo de Abrams era ganarse de vuelta a los fanáticos que se sintieron decepcionados con las precuelas (y aquellos que pensaron que dichas películas no se “sentían” como Star Wars), e introducirle este mundo maravilloso a una nueva generación de niños y adolescentes que no saben mucho de las cintas anteriores (aquí es donde entraría a tallar la música, probablemente). En teoría, los seguidores viejos de la saga se contentarían con ver a personajes clásicos como Han, Leia y Luke de vuelta en la pantalla grande, y los nuevos no se darían cuenta de las similitudes que el filme tiene con Episodios anteriores. Pero curiosamente eso no fue lo único que sucedió. Es cierto que la película ha sido recibida muy positivamente por la crítica (tiene un 93% de aprobación en RottenTomatoes), y que muchos fanáticos, como yo, disfrutamos tremendamente de ella (debo admitir que la he ido a ver seis veces al cine). Pero existe también un grupo pequeño, pero muy vocal, que mantiene que la película es pésima porque se parece demasiado a Una Nueva Esperanza.
Daisy Ridley interpreta a Rey, la nueva heroína de la saga galáctica. / Foto: Difusión
Y eso nos lleva, nuevamente, a las declaraciones de George Lucas: a fin de cuentas, él se alejó del proyecto porque su idea era hacer algo más novedoso, algo visualmente diferente, con menos “ecos” a la trilogía original. Quizás hubiese tenido una narrativa menos satisfactoria, diálogo más tieso o personajes menos interesantes… Pero hubiese sido diferente, de eso no hay duda. Me gusta mucho lo que Abrams ha hecho con El Despertar de la Fuerza, pero no hay duda de que le tiene demasiado respeto a la trilogía original, tanto así que no se atrevió a introducir muchos cambios a la historia.
Creo que para los objetivos que Abrams y compañía tenían, al final esta estrategia sirvió. La película ha sido un taquillazo (es la película más exitosa de la historia en los Estados Unidos), le agradó a la mayoría de críticos, emocionó a muchos fanáticos (la función de media noche me dejó temblando y con una sonrisa enorme en el rostro) y sirve como una divertida y emotiva introducción a una nueva trilogía con mucho potencial. Sí, es cierto que no es particularmente original en muchos aspectos, pero el final deja suficientes cabos sueltos como para que la siguiente entrega, escrita y dirigida por el gran Rian Johnson (Looper) pueda hacer algo mucho más emocionante… y sí, diferente.
El Despertar de la Fuerza se ha convertido en un taquillazo en EE.UU. / Foto: Difusión
Es evidente que Lucas no piensa regresar a la Galaxia Muy, Muy Lejana nunca más. Ya vendió a su hijo cinematográfico, se ha separado de él, y ahora se va a concentrar en otros proyectos, como su museo o las películas experimentales de las que ha hablado por años. Sin embargo, siempre tendré curiosidad de saber exactamente como hubiesen resultado las nuevas películas de Star Wars que tenía planeadas. Sería bueno que Disney publique esos guiones, o incluso que los adapte en formato de novela gráfica; cosas más raras han sucedido.
No obstante, hay quienes definitivamente quieren que Lucas regrese a la franquicia, por más que esto sea casi imposible. Hace unos días, se hizo viral una petición en las redes sociales para que George Lucas dirija el Episodio IX de la saga. Aquella película va a ser dirigida, en realidad, por Colin Trevorrow (Jurassic World), y aquellos que no disfrutamos demasiado de la exitosa película de dinosaurios estamos bastante preocupados por el trabajo que hará con la última película de la nueva trilogía. Sin embargo, no creo que dicha preocupación justifique la petición; es hora de aceptar que Lucas ya no va a dedicarse a los blockbusters y que, habiendo rechazado Disney sus ideas para la trilogía, es simplemente imposible que súbitamente decida colaborar con ellos.
Por lo pronto, tenemos Star Wars (sin Lucas) para rato. Este fin de año se estrenará Rogue One: A Star Wars Story, el primer spin-off de la saga, el cual nos contará la historia del robot de los planos de la primera Estrella de la Muerte. El próximo año: Star Wars, Episodio VIII, escrita y dirigida por Rian Johnson. El 2018 tendremos el segundo spin-off, una cinta protagonizada por un Han Solo joven (de hecho, el casting de la película ya ha comenzado) y el 2019 se estrena el Episodio IX, escrito por Johnson y dirigido por Colin Trevorrow. Por último, el 2020 se estrenará el tercer spin-off, el cual se supone tratará sobre Boba Fett (aunque nada ha sido anunciado oficialmente).
Y eso no es todo. Disney no tiene planes de dejar de sacar películas de Star Wars; de hecho, hace poco declararon que la idea es estrenar películas hasta el fin de los tiempos (o lo más probable: hasta que dejen de recaudar dinero). Como fanático, esto no es algo que me moleste. Con tal de que la calidad siga siendo alta y no lleguen a saturar el mercado con demasiadas cintas o a malograr la franquicia, todo bien. Es simplemente impresionante como aquella pequeña película desarrollada por Lucas, en la que nadie creía, haya terminado siendo un monstruo de la taquilla alrededor del mundo. Aunque no muchos lo admitirán, estoy muy agradecido. Lucas habrá cometido muchos errores a lo largo de los años, pero sin él, no habría Star Wars en el mundo, y ese es un mundo en el que simplemente no me gustaría vivir.
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